viernes, 1 de marzo de 2013

La costumbre acostumbra


Durante el mes de marzo, en la Semana del 24 al 31, el pueblo cristiano celebrará la Semana Mayor o Semana Santa. Como es de conocimiento, en dicho periodo de tiempo conmemoramos la última semana de Jesucristo (pasión) y los eventos que durante ella suceden.

En esta semana, con regularidad, las iglesias se llenan. En especial durante el Viernes Santo. Nuestros templos son visitados por personas que separan esa fecha para visitar la iglesia de su preferencia, la de su familia o la más cercana.

Lo más interesante es que después de esa fecha no vuelven a visitar la iglesia hasta el año siguiente o algunos meses más tarde o en alguna ocasión especial. Llegan a la Iglesia por tradición, costumbre o rutina, pero no necesariamente porque entiendan el significado del sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario.

Ante esta reflexión comparto la siguiente pregunta: ¿Cuántas personas que visitan la iglesia con regularidad celebrara la 
Semana Santa de igual manera al que no viene con regularidad? ¿Percibirán la Semana Mayor como una semana más? ¿La 
percibirán como una tradición? ¿Quizás se preguntan porque hay que celebrar la muerte de Cristo?....

Al comenzar este mes meditemos sobria y profundamente en el valor de la Entrada Triunfal y hagamos la siguiente pregunta, ¿Quién es, para mí, el que está montado sobre el asno; en el encuentro de Jesús con los mercaderes del templo o con la higuera? ¿Voy al templo a adorar a Dios y a ser confrontado/a por su palabra? ¿Oh voy a encontrarme con mis panas? ¿Qué frutos hay en mí?; en el lavatorio de pies y la santa cena y como ambas experiencias hacen crecer en nosotros/as un espíritu de humildad, mansedumbre y amor.

Pero sobre todo, humillémonos a la sombra del madero. Postrémonos a los pies de la cruz y dejemos, que al reflexionar y meditar en ella nuestra vida sea iluminada por el Cristo del Gólgota, fortalecida por el Caballero de la Cruz y bendecida y transformada por el Cordero de Dios.

Que la costumbre no te acostumbre a hacer lo mismo, ver lo mismo y esperar lo mismo. En la semana de la pasión la historia del mundo se dividió en antes de Cristo y después de Cristo. En otras palabras se reescribió la historia de la humanidad así Cristo hará contigo y conmigo.
Pastor Ángel Luis Santiago Rivera

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